Estaba asustada. Levanté ligeramente la cabeza y vi a Andrea de pie, mirándome.
-¿Qué ha pasado?
Ella me sonrió burlonamente. Se levantó la manga de la camisa negra y dejó al descubierto el tatuaje de dos serpientes entrelazadas.
-No deberías utilizar los fuegos fatuos con alguien a quien no conoces bien.- me dijo
Me quedé mirándola de hito en hito. ¿Qué qué? Estaba asustada. Vale, estaba muerta, ¿qué me podía pasar?
-Ay, Nora, Nora, Nora. ¿Cómo es que te metiste en un coche conmigo? ¿Si sólo me conoces desde hace 2 meses?
Eso me chocó todavía más. Nos conocíamos desde la infancia, ¿no?
-¿Qué dices? Somos amigas desde siempre- salté
-Eso te hice creer. Caíste rápido. fue fácil modificar tus recuerdos. Y ahora estamos aquí. Menos mal que todo ha salido bien. ¿Qué te parece si te cuent toda la historia?
Asentí con la cabeza.
-A ver, yo a ti te conocí desde... Desde hace 1.000 años o algo así. Sí, no me mires así. Y ni me interrumpas. Bueno, el caso es que esta es tu 13ª encarnación. Siempre has ido muriendo y viviendo de nuevo. El caso es que ahora ya no pudes volver a reencarnarte. Has caído.
-¿Eing?- yo estaba flipando, literalmente.
-Lo que oyes. Fuiste enviada por los ángeles para que consiguieses pararnos a todos los ángeles caídos. Y ahora nosotros hemos ganado. Te dieron trece oportunidades, y en todas vencimos. En todas.
-¡¡¡ESTÁS LOCA!!!
-No, es sólo que no quieres creértelo.
-¿Dónde estamos?
-Llevas inconsciente 2 días, acabas de despertar, estamos en Noruega, lo suficientemente lejos como para que nadie te pueda rescatar.
-¿Pero no estaba muerta?
-¿Muerta?-soltó una risotada que hizo que se me pusieran los pelos de punta- Estabas drogada, cariño. No te preocupes, te enseñaré a ser un ángel caído, un demonio, una expulsada.
-¡LOCA!
-Lo que tú digas- se dirigió hacia una puerta- Dulces sueños.
Entonces, todo se volvió negro